Villa Karo, residencia de la élite cultural

ANTTI JÄRVI

La exposición celebración décimo aniversario de la fundación de Villa Karo, muestra cómo ha influido en la obra de los artistas la estancia en la residencia.

Los chalecos salvavidas parecen muy frágiles, están hechos de bolsas de agua mineral (pure water). La artista de Turku, Susana Nevado, se sintió impresionada al ver la gran cantidad de basura que suponen estas bolsas en África, y comenzó a recogerlas. Era la primavera del 2008 y Nevado había obtenido una beca de dos meses para trabajar en el Centro Cultural Afro-Finlandés Villa Karo en Benin. El lugar no resultó ser sólo un paraíso. A veces Villa Karo parecía ser más una residencia para la élite de la cultura dónde los lugareños no tenían nada que hacer salvo en ocasiones excepcionales. Mientras los artistas trabajaban frente al mar, la gente de Grand Popo intentaban sobrevivir con el sueldo de unos pocos euros al mes. “Me dio por pensar el sentido de nuestra presencia allí y a veces me preguntaba si éramos de nuevo un grupo de occidentales elitistas que se aprovechaba de esa gente”.

Ahora los chalecos salvavidas de Nevado se pueden ver en Taidehalli, en la exposición que celebra el décimo aniversario de la fundación de Villa Karo y que muestra cómo ha influido en la obra de los artistas su estancia en la residencia. Muchos artistas se concentraron en el mar, las olas , la luz, los colores y los rituales. Algunos nos muestran también las desigualdades del mundo de la globalización. Muy pocos hablan de los sentimientos contradictorios y de la investigación personal que han provocado en ellos mismos. Preguntémosles.

 

“En Finlandia, los artistas son un grupo marginado dentro de la sociedad, pero allí, de pronto son ricos”. Los habitantes están acostumbrados a pedir a los artistas todo tipo de cosas como por ejemplo zapatillas de deporte viejas. Me tuve que plantear si quería seguir manteniendo este tipo de cultura”, dice Ilona Valkonen.

Timo Wright se quedó impresionado porque la mayoría de la gente pensaba que los europeos somos mejores y más hábiles que ellos. “Hay muchas cosas buenas en Europa, pero normalmente lo único que le ofrece a un africano es un trabajo para limpiar, para recoger tomates u otras frutas o algo parecido en un mercado de Roma.”

El sueño sobre Europa se ve claramente en la obra de Heli Schultz. Se trata de una serie de fotos en las que un hombre de Benin utiliza los electrodomésticos del hogar occidentales – aspirador, lavadora, plancha, consola. Éste hogar tan clínicamente limpio esta muy lejos del estilo de un hogar africano.

El mar turquesa, amanecer, fotos de africanos sonriendo. La serie de fotos de Lauri Nykop “We did Benin” le da un toque distinto al concepto romántico africano. Nykop piensa que no es sólo culpa de los turistas, sino también de los artistas y del marco de los trabajadores de ayuda humanitaria. “Claro que Villa Karo no tiene la culpa de que la gran mayoría del trabajo humanitario tenga la ambición de ayudar a los demás a través de sus conceptos éticos y la idea que tienen del mundo propia. Es casi lo mismo que ir a montar un Mc Donald allí.” Según Nykop la actividad de Villa Karo no se puede denominar intercambio cultural. “Para la mayoría, la cosa queda en un aprendizaje básico de tocar los bongos”.

La artista de cómic Hanna Arvela ha empezado a plantearse su estancia en la residencia de forma cada vez más crítica. Villa Karo empieza a parecer una institución cultural que promociona su propia situación, en parte, gracias a la gente de Benin. “Es muy bonito tener en el libro de visitas nombres de personajes muy conocidos que, además, promocionan y apoyan económicamente la residencia. Para que Villa Karo fuese realmente una entidad de ayuda en el mundo, el intercambio cultural debería ser igualitario y real”, dice Arvela.

El artista paga actualmente 800€ por gastos y 50€ por el alquiler de la habitación por semana, comidas y demás servicios obligatorios. Arvela piensa que los gastos son tan altos que el concepto de residencia está muy lejano de ser cierto. Arvela está preocupada sobre si Grand Popo se convertirá en un área demasiado finladés. “Algunos de los habitantes viven de servirle a los finlandeses de la residencia lo que quieren. Hace siete años era posible comprar pizza, ahora seguramente hay un caraoque”.

Sólo un artista de Benin en la exposición

La exposición de Villa Karo en Taidehalli presenta la obra de 50 artistas, sólo uno de ellos es de Benin. La tienda del museo se ha transformado en un bazar africano repleto de objetos de Benin.

¿De qué tipo de intercambio cultural estamos hablando?

“La intención de la exposición era presentar sólo la obra de los artistas finlandeses. Aquí hay un artista de Benin porque su mujer es finlandesa, así pues, él no representa a los artistas africanos!, dice el fundador y director, escritor Juha Vakkuri.

La idea de Villa Karo es ayudar a promover el intercambio cultural entre Finlandia y África, y además ayudar a desarrollar vínculos para el trabajo en común entre artistas finlandeses y africanos. Después de 10 años de residencia, en ella han trabajado 300 artistas finlandeses de diferentes ramas arísticas.

Cuando revisamos la historia de Villa Karo podemos apreciar fácilmente como la corriente de artistas africanos ha sido claramente a la de artistas finlandeses.
Vakkuri piensa lo mismo y echa la culpa, sobre todo, al ministerio de asuntos exteriores, al que, según Vakkuri no le interesa el desarrollo cultural al no parecerle una actividad significativa. “Necesitamos un cambio de mentalidad más sponsors dispuestos a subvencionar a los artistas africanos para venir a Finlandia”.

 

_____________________________________________________________________________________________________
EN VILLA KARO NO SÓLO SE TOCA LOS BONGOS

En referencia al artículo del Helsinguin Sanomat 24.6.10 “Villa Karo, residencia de la élite cultural”, podían verse comentarios de artistas bastante acertados, como el que aseguraba que los artistas finlandeses parecen ricos a ojos de los africanos.

Aún así, gran parte de los comentarios que se podían leer en el artículo son motivo de debate. Uno de ellos es el que aseguraba que para la gran mayoría de los artistas de la residencia, el intercambio cultural se reduce a aprender un poco a tocar los bongos.

La gente reacciona a un nuevo entorno de formas distintas. Tocar los bongos puede parecer una forma fácil de llegar a la cultura africana, pero para muchos artistas el período de residencia puede llegar a darles mucho más. Por eso generalizar con ese tipo de comentarios puede dar una imagen equivocada del intercambio cultural que permite la residencia.
Cuándo Finlandeses y africanos bailan y tocan música juntos en Finlandia o Africa , cuándo poetas finlandeses y africanos traducen sus textos en talleres literarios, estamos hablando de un intercambio cultural real y no de cualquier vago aprendizaje a tocar los bongos.

El hecho de replantearse propios principios y planteamientos, corregirlos y demás son parte del intercambio cultural, y eso ocurre continuamente entre los artistas de la residencia. De eso habla en concreto la exposición de Taidehalli.

Es de imaginar que las obras de los artistas que participan en la exposición serían distintos sin la experiencia brindada por Villa Karo. Y por ello aludo a la entrevista a Susana Nevado, cuya experiencia en la residencia le hizo recapacitar sobre sus propios valores y el concepto que tenía del mundo. Eso no es nada malo para nadie.
Muchos artistas consiguen gracias a Villa Karo tomar contacto por primera vez con Africa y con un país subdesarrollado. Sin esta oportunidad sus experiencias serían claramente más pobres.

Precisamente ésta fue la idea de fundar Villa Karo: abrir las ventanas a Africa y recordar que ésta parte del mundo existe también a favor del arte y la cultura.
Otra cosa es, la imagen que Villa Karo da del intercambio cultural: siempre es posible profundizar y hacer las cosas mejor. Ahora ya han trabajado algunos artistas africanos en la residencia y el próximo otoño se prepara una exposición de 10 artistas africanos. La exposición es parte de un proyecto llamado “Väinämöinen conoce a Sundiatan” organizado entre Vila Karo, la organización Kalevala y el museo Gallen Kallela.

Hasta ahora hemos organizado exposiciones de artistas africanos en Benin y, claro que las organizaríamos aquí si consiguiésemos el soporte económico suficiente para ello.

Jouko Koskinen

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *